¿Qué provoca el LSD? ¿Alucinaciones y pérdida de control? ¿O mayor productividad y creatividad? En Silicon Valley, el LSD se considera un medio para la optimización individual. En Alemania cada vez más personas descubren la microdosis.
Cada tres días, Benno abre el congelador por la mañana. Es hora de su pequeña ración de LSD. Está en un cubito de hielo que lentamente se derrite en la lengua. Cada tres días, este joven de 28 años de edad consume una microdosis de 10 microgramos de LSD. Benno sacó de Internet las instrucciones para la microdosis. Con esa dosis supuestamente inofensiva, se siente más concentrado, productivo y hasta más enfático.
En Silicon Valley, esta forma de optimización individual está de moda desde hace mucho tiempo. Entre muchos empresarios de start ups, la microdosis es un secreto a voces. Paul Austin afirma: “Quienes consuman de forma responsable drogas psicodélicas en microdosis dominarán el mundo laboral del futuro”. Este hombre de 29 años es algo así como el mesías del LSD en Silicon Valley. Pero los expertos en drogodependencia son escépticos. Desaconsejan la automedicación porque los profanos prácticamente no pueden estimar la concentración de la sustancia activa. En algunos casos, puede provocar psicosis y trastornos de percepción duraderos.
Pero el LSD no solo está de moda en microdosis: una nueva generación de investigadores y médicos se vuelven a atrever a tomar la sustancia. Durante décadas, el LSD estuvo en el depósito de tóxicos de los laboratorios. Pero actualmente cada vez más científicos se asombran por el poder curativo de las drogas psicodélicas. Creen que podrían ayudar a reducir la depresión y la ansiedad. ¿El LSD como medicamento? La ciencia ya pasó por esta etapa. Hasta los años 1960, el LSD era una sustancia legal que los médicos usaban para tratar depresiones y alcoholismo.
