Tres cuartas partes de la población mundial de insectos ha desaparecido en los últimos 30 años; muchas especies se han extinguido.
El culpable es el hombre. El reportaje ilustra las consecuencias que tendrá este desastre ignorado hasta ahora. En 2017, se publicaron varios estudios de larga duración que compartían la misma (inquietante) certidumbre: en los últimos 30 años ha desaparecido hasta el 75 por ciento de la población mundial de insectos. El alcance de esta extinción de especies es de tal magnitud que algunos científicos temen que haga peligrar el ciclo global de la vida. No sólo la disminución de la población de abejas, sino la extinción masiva de insectos tiene graves consecuencias para los habitantes de la Tierra. ¿Cuáles? Científicos de peso de todo el mundo dan respuestas alarmantes. La extinción de insectos es mucho más amplia y sustancial de lo esperado. Son, por ejemplo, el alimento, de muchos animales superiores. También ayudan a transformar el tejido muerto en suelos ricos en nutrientes. Además, incluso se regulan entre sí. Especies consideradas por los seres humanos como plagas, a menudo son la dieta preferida de predadores útiles. Sin embargo, la intervención humana ha llevado el equilibrio funcional en el mundo de los insectos a un desorden peligroso. Los agrotóxicos, la desaparición de la cubierta vegetal de los suelos y el uso generalizado de fertilizantes afecta a la clase animal más rica en especies del mundo. Este reportaje proporciona información sobre estudios actuales y explica dónde se padece y dónde existe una necesidad más urgente de acción. Aún hay esperanza. Aunque muchas especies se han perdido irreversiblemente, aún podría detenerse la extinción masiva. Pero, solo, si el hombre comienza a reaccionar de una vez por todas. El tiempo se acaba.