Madina Azizi, ex jugadora nacional de fútbol de Afganistán lucha para que también las niñas puedan practicar deporte. Esto le aporta elogios, pero también muchos enemigos. Y es que no todo el mundo apoya su compromiso para lograr más autodeterminación femenina.
Para muchas familias afganas, el fútbol femenino es un tabú. Madina Azizi, jugadora y entrenadora de un equipo femenino, se enfrenta a ello constantemente. En la sociedad patriarcal tradicional, la mayoría de las futbolistas deben abandonar su deporte a los 20 años porque ya tienen edad de casarse. A casi ninguna mujer casada se le permite practicar deporte en Afganistán, lo que hace que sea difícil crear clubes de mujeres y mantenerlos activos. “Intento traer más cultura deportiva a mi país. Si no hago yo, ¿quién lo hará?”, pregunta la joven Madina Azizi, de Kabul. Cuenta con el apoyo de Khalida Popal, que fue la primera capitana del equipo de fútbol femenino afgano en 2008. Khalida vive ahora en Dinamarca, pues en Kabul recibió amenazas de muerte. Juntas intentan ayudar a las mujeres activas de su país y a hacer profesional el deporte.
